Biografia

Nací en la ciudad de Bogotá, soy hijo de padres humildes que trabajaron toda su vida en servicios generales (Mi mamá) y como guarda de seguridad (Mi papá), crecí y viví con mi mamá y hermana, ya que mi papá nunca compartió espacio con nosotros, es decir su ausencia fue total. 

Mi mamá tuvo 4 hijos, yo soy el menor; sus dos primeros fueron hijos de su primer y único matrimonio. Nosotros (con mi hermana y mi mamá) vivimos en la localidad cuarta de Bogotá, san Cristóbal hasta que cumplí 8 años, todo el tiempo en casa de inquilinatos, habitaciones arrendadas y casa de latas en la montaña. 

Uno de los recuerdos que tengo de mi infancia es cuando mi mamá nos dejaba solos encerrados en una habitación con mi hermana mientras ella se iba a trabajar, porque no tenía quién nos cuidará. En una de las esquinas de la habitación estaba adecuado con la estufa que funcionaba a gasolina, para que nosotros calentáramos la comida, instrucción que nos daba mi mamá: cómo encender la estufa dandole "bomba" al cilindro y calentándola con alcohol para prenderla; en otra esquina estaba la "vacinica" o "mica" para hacer las necesidades (chichi o popó) de mi hermana o las mías. En ese momento no era consciente de lo mucho que se esforzaba mi mamá por darnos lo que necesitábamos, tampoco de lo mal que ella la estaba pasado como madre soltera con dos hijos pequeños, que ahora con estado de consciencia agradezco por su infinito amor y no desfallecer con nosotros. 

Otro recuerdo, en otro lugar en el que vivíamos, nuestra diversión era quedarnos en silencio y acostarnos bocabajo sobre la cama, y esperar a que salieran los ratones, que tenían nido debajo del tablado, para verlos caminar de manera sigilosa de lado a lado en la habitación para luego describirlos, en un juego inocente con mi hermana, identificábamos el color y sus tamaños. 

Usualmente mi mamá salía a trabajar a las 2 de la tarde y regresaba en horas de la madrugada, cuando ella regresaba nosotros estábamos dormidos. Eramos niños inquietos, desbaratábamos la cama, revolcábamos la ropa, nos tirábamos agua, rompimos vidrios, etc, recuerdo que en una ocasión quedamos despiertos, con un desorden en toda la habitación que habíamos hecho, cuando ella regreso, agotada por la jornada laboral, se sentó a llorar y a preguntarnos ¿Por qué le hacíamos eso?. Recuerdos que me arrugan el corazón. 

En ocasiones cuando mi mamá llegaba en la madrugada, y estábamos dormidos, nos despertaba con un pollo asado recién comprado para que comiéramos con ella, y yo me ponía bravo por qué me despertaba. 

Con mi hermana siempre peleábamos donde iba a ser el lugar donde dormíamos, ya que los tres dormíamos en una cama semi-doble, a uno de los dos le tocaba a los pies de mamá y el otro al lado, siempre peleábamos por estar a su lado, generalmente yo perdía. 

Ya en el jardín, cuando ya teníamos edad para ello nos empezó a llevar, una vez me caí de unas escaleras y me hice tremendo chichón en la cabeza, lo que me produjo mucha cefalea casi que a diario, mi mamá preocupada hablo con sus amigos y alguien le recomendó que me dejara operar de "San Gregorio", un santo que en su vida en la tierra era médico de nacionalidad venezolana y que en Colombia y latinoamericano tenía muchos devotos, al que  adjudicaban milagros de sanación. 

Por recomendación del lugar a donde me llevo, debía acostarme y dormir solo sobre un colchón en el piso toda la noche y ponerme cuatro velones al rededor del cuerpo (como un altar o relación de un muerto, donde el protagonista era yo), y colocará de cabeza una imagen del santo con agua y sabanas blancas, él mientras yo dormía llegaría en la madrugada y me operaría. Yo como niño asustado, no pude dormir y al final mi hermana término durmiendo conmigo. Los dolores de cabeza nunca regresaron (hasta dónde recuerdo).

Cuando llegamos al Bario Olarte. 

Cuando ya cumplí los 8 años de edad, la hija mayor de mi mamá, que nos visitaba ocasionalmente, le dijo que cerca donde ella vivía (en el barrio Olarte de la localidad de Bosa), había una señora que tenía un negocio que arreglaba calzado, mi hermana fue a llevar unos para un arreglo y cuando le pidió el nombre para la factura le había preguntado si conocía a una señora llamada Casilda (ese es el nombre de mi mamá), así fue como notó que la señora era sobrina de mi mamá (mi mamá había perdido contacto con sus 18 hermanos desde hace más de 30 años, cuando escapó de la casa en el campo para migrar a la capital), la sobrina era hija de uno de sus hermanos varones. 

Mi mamá cuando se enteró fue a conocerla, pero lamentablemente el hermano había fallecido hacía un año atrás. Mi mamá para estar más cerca de las sobrinas y de mi hermana mayor, decidió que nos mudaríamos de san Cristóbal a la localidad de Bosa, justo al barrio nuevo chile donde llegamos a vivir. Desde ahí siempre he vivido en ese sector de la ciudad. 

Ingrese a continuar con mis estudios en la escuela Nuevo chile, a tercero de primaria,  que había sido construida por la comunidad y viví todo el proceso de construcción a mega colegio y a llamarse IED Nuevo Chile, allí termine la primaria y luego todo el bachillerato. Cuando estaba en 9no grado, mi mamá nos sentía mi hermana y a mí para decirnos que no nos podía dar más estudio, pues la plata en la casa no alcanzaba y que si queríamos terminar el bachillerato ya dependía de nosotros.  

Mi hermana y yo

En ese momento empecé a vender dulces en el colegio, trabajaba en vacaciones como vendedor ambulante, hacia obleas en un puesto que había montado con cosas de la casa, y en cuanta cosa me ofrecían a trabajar. Sin embargo, la plata que recogía no era suficiente, así que a través de la asociación de padres del colegio también pedía ayuda. 

Durante mi paso por el colegio, me vincule a un grupo de rescate llamado: Circulo Nacional de auxiliadores técnicos Galindo Díaz, que fue de las mejore experiencias de mi vida, donde conocí personas y aprendí sobre primeros auxilios, curso de bomberos, policía cívico, y atención a emergencias. En conclusión, ayudábamos a la gente, recogíamos mercados en diciembre que entregábamos en lugares deprimidos de la ciudad, donde se evidenciaba la necesidad por la que pasan muchos colombianos de escasos recursos.

Salida de campo en 7mo

Ya en último grado me hice representante de los estudiantes antes el consejo directivo de la institución, participaba en la emisora escolar, el periódico del colegio, los murales y en cuanta cosa que tenía que ver con participación estudiantil, lo que me ayudo a forjar mi carácter y darme cuenta que podía incidir en decisiones. Esto último me hizo presentarme como candidato al primer consejo local de juventud, una gran escuela en la que conocí otros jóvenes de colegios y organizaciones sociales que tenían los mismos intereses que yo. 

Desde que estaba en once, tenía claro que en mi casa no me iban a lograr pagar la universidad, y que mi futuro apuntaba a ser un empleado y estudiar en la noche, sin embargo decidí emprender después de trabajar en una empresa de recreación y montar mi propio negocio en el que animaba fiestas infantiles y eventos empresariales los fines de semana, esto me ayudo a darle trabajo a muchos jóvenes que estudiaron conmigo o que estaban buscando su primera experiencia laboral. 
Grado del Colegio

Sin embargo, los deseos de estudiar siempre estuvieron allí, así que decidí presentarme a la universidades públicas (en 3 ocasiones a la UN, 3 a la UPN y 1 a la Distrital) en ninguna pase. 

Sin más opciones me inscribí en el SENA, donde empecé a estudiar una carrera que tenía que ver con mercadeo, no duré más de un mes. Eso no era lo mío, en una segunda oportunidad me volvía. presentar y pase a estudiar manejo y organización de eventos, lo que me ayudo a apropiar conocimiento  para fortalecer mi emprendimiento. 

Gracias a la empresa de eventos, logré ahorrar la mitad del primer semestre para estudiar la carrera que me apasionaba, Comunicación social, después de mucho pensarlo, me fui a matricular a la Universidad Santo Tomás. Para lograr con éxito la matrícula me pidieron un certificado del colegio del que me había graduado, cuando fui a solicitar el documento vi una publicación en la cartelera del colegio que ofrecía una beca 100% condonable para estudiantes egresados de colegios públicos "mejores bachilleres de Bogotá", como solo tenía la mitad del semestre y no sabía como pagaría la otra mitad y los otros nueve, decidí presentarme y ¡pase!, fue una alegría inmensa, al saber que me habían rechazado de las públicas y veía una luz de esperanza para ser profesional.

Salida de campo.
Durante toda la carrera, debía esforzarme para sacra un buen promedio y lograr la condonación de la deuda. Semestre a semestre, el distrito me giraba el valor de la matrícula y dos salarios mínimos a mi cuenta personal. Al finalizar Comunicación social, solicite la condonación y desde ahí empezó una pelea con el distrito al no reconocer el derecho de condonación, esta discusión terminamos después del grado. 

En 2009, desde la universidad empecé a participar en partidos políticos y a organizar actividades dentro de la U, me volví representante de los estudiantes, que junto con otros compañeros de otras carreras fundamos un grupo de estudio donde hablábamos de la actualidad del país y nos reuníamos con personajes de la vida nacional y los llevamos a tertulias al claustro universitario. 

Feria de jóvenes empresarios
En 2011, junto con un compañero de la carrera creamos un medio de comunicación comunitario para la localidad de Bosa llamado Tibanica, prensa independiente como reconocimiento del humedal de la localidad que comparte con el vecino municipio de Soacha, aún existe. Hacemos radio, comunicación digital y prensa impresa. 

Mis prácticas universitarias fueron en la Alcaldía local de la Candelaria, lo que me enamoró del sector público y las posibilidades que uno tiene desde allí para ayudar a la gente. Gracias a esto, me motive en lanzarme como candidato a la Junta administradora local de Bosa, acompañando a Petro a la Alcaldía. No lo logramos por un tema de la registraduría, pero la experiencia fue enriquecedora y abrió las puertas  para seguir en este sector. Lo que me llevó a lanzarme y quedar electo en 2019, pero que en el reconteo se me desaparecieron votos, lo que termino por sacarme por 4 votos.

Grado de la maestría
En 2017 vincule al equipo de la Pedagógica Radio, emisora institucional de la UPN, lo que me llevó a fortalecer y brindar apoyo en la consolidación de este proyecto de comunicación Educación. 

Quería ser docente universitario, esto me impulsó a estudiar una maestría en comunicación educación en la Universidad Distrital, que fue pagada con tarjetas de crédito, y que como producto final de mi investigación salió un libro y varias publicaciones del tema y mi experiencia desde la comunicación alternativa. 

Hoy día, soy docente de la Universidad Pedagógica Nacional y trabajo desde diferentes espacios comunitarios y como asesor de participación ciudadana.

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